Con la tranquilidad que lo caracteriza, Lionel Messi reflexionó acerca de sus mundos paralelos. El que vive en Barcelona, donde su idolatría no conoce de cuestionamientos, y el que transcurre en la Argentina, donde las críticas se vuelven implacables.

El jugador de la Selección más criticado durante las eliminatorias para Sudáfrica 2010 aseguró: "Me siento bien jugando para mi país, aunque la gente diga boludeces como que no siento la camiseta. Si no fuese así, no viajaría tanto ni iría a jugar cuando me llaman. La siento mucho, quiero lo mejor y lo mejor es conseguir un Mundial", determinó el rosarino.

Para no dejar dudas de sus pretenciones, "La Pulga" fue hasta el límite de lo posible: "Doy todo por ganar el Mundial, sería lo más grande para mí y para la Argentina, cambiaría todo lo que gané con el Barcelona por ganarlo", sentenció.

El jugador que eclipsó al planeta en 2009 explicó que el fútbol es un trabajo de equipo, por lo que un solo jugador no puede ganar un partido, en respuesta a los que esperan ver de él "el gol de Maradona a los ingleses" cada vez que juega.

"Es todo trabajo de grupo, de equipo, todos tenemos que estar bien, a partir de ahora todo será diferente. En la clasificación vivimos momentos muy duros pero ahora, al sacarnos ese peso, el Mundial será diferente", evalúó.

Las Eliminatorias Sudamericanas, justamente, fueron un suplicio para al crack argentino que brilla en el Barcelona, y esa etapa se refirió "La Pulga": "Todo pesaba mucho porque veíamos que no estabamos bien, que nos pegaban de todos lados y eso nos afectaba mucho, en la cancha había que ganar como sea y todo se complicaba".

Y como continuidad de su alegato ante las críticas, Messi agregó: "Se dijeron cosas que no son ciertas, todos queremos lo mejor para el equipo, sabemos que el juego no era bueno y los resultados no acompañaban".

"En lo individual dicen que no siento la camiseta, me da bronca porque no tiene que ver con el futbol que me critiquen. Acepto que me critiquen porque no juego bien; incluso yo soy el primero en aceptar que no he jugado bien, algo que espero revertir en el Mundial", se ilusionó.

En declaraciones a TyC Sports, Lionel encontró un lugar para el humor cuando se refirió a las palabras del técnico Diego Maradona, cuando dijo que él hubiese sido el primer fusilado en la Plaza de Mayo si el equipo no se clasificaba al Mundial.

"Si no nos clasificábamos, yo iba a ser el segundo fusilado. Hubiese sido terrible, pero el Mundial es diferente a una eliminatoria, allá podremos hacer mejor fútbol porque las otras selecciones también lo permiten", reconoció.

El delantero explicó que "en Sudamérica todos nos quieren ganar de guapos, pegando, cosas que jugando en Europa nunca nos pasó", y luego recordó: "Contra Francia nos fue bien, contra Rusia pasó lo mismo y contra España va a ser igual".

En un clima donde se mostró relajado, lejos a la crítica impidadosa, Lionel Messi pidió su deseo: "Ojalá sea mi Mundial, lo espero con muchas ganas. Estoy seguro de que vamos a pelear y espero que pueda hacer lo mismo que en el Barcelona para darle lo mejor a la Seleccion".

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