Son unas cuentas "austeras y rigurosas", manifestó la vicepresidenta primera del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.
El Parlamento tendrá que refrendar ahora las cuentas públicas de 2011, que como objetivo principal persiguen la reducción del abultado déficit público español, que cerró en 2009 con un 11,2 por ciento.
El Ejecutivo socialista contempla en las cuentas públicas un aumento del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) para quienes más ganan.
Los ingresos superiores a los 52.360 euros tributan hasta ahora un 43 por ciento. Pero a partir de 2011, los ingresos a partir de 120 mil euros tributarán un 44%, y los superiores a 175 mil euros, un 45 por ciento.
Por otra parte, las pensiones mínimas no contributivas, que cobran unos 3,2 millones de personas, se incrementarán un 1 por ciento. El resto de las pensiones quedarán congeladas.
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