Joseph Blatter ratificó que la decisión de otorgar la organización de los Mundiales 2018 y 2022 a Rusia y Qatar, respectivamente, estuvo relacionada con la idea de "expandir el deporte y no por dinero", a la vez que explicó: "Es otra cultura y otra religión, pero el fútbol no tiene fronteras".
Ante la pregunta sobre el futuro ingreso de homosexuales a Qatar, el suizo bromeó: "Deberían abstenerse de cualquier actividad sexual", aunque al mismo tiempo, ofreció su cara más sería para aclarar que no tolerará ninguna forma de discriminación y mostró seguridades sobre la asistencia de todo el mundo para disfrutar de la gran cita en el país árabe.
En Soweto, Sudáfrica, sede de la Copa del Mundo 2010, el mandatario aseguró que la FIFA destinará 80 millones de dólares a un fondo de inversión para que ese país lo asigne a desarrollo del fútbol, educación, salud y proyectos humanitarios. "Es una recompensa para los sudafricanos por haber sido tan grandes anfitriones", admitió.
"Siempre dijimos que el primer Mundial en suelo africano debería dejar un legado deportivo y social perdurable una vez que el torneo finalizara. Este fondo de inversión es otro logro concreto", destacó Blatter.
La auditora Ernst and Young administrara el dinero para garantizar que todo lo destinado se invierta en proyectos que beneficien al público. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, dijo que el torneo más prestigioso del fútbol ayudó a suavizar los efectos de la recesión global en la economía del país y que contribuyó al crecimiento para este año.
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